Esta dulce derrota que me ha vencido tan dulcemente, me duele, duele tanto. A veces supongo que este momento no va a pasar nunca, pero entonces llegas y mis pupilas se dilatan para disfrutarte mas, todavía mucho mas, esperando que pases cerca mío y poder rozarte el brazo, sentir tu pelo de nubes y olor a lluvia pasearse por mis escamas.
Fuiste tan eficaz para olvidarte de mi que ya no hay remedio que cure la enfermedad de mi memoria, que no quiere detenerse, no quiere olvidar. Vuelvo atrás a cada lugar en donde solo te veo a vos. Córdoba es tan solitaria, tan hostil… Conmigo no hay nada, ahora o nunca, es algo que por lo pronto no me preocupa.
¿Pero como dejar de pensar en vos? El solo hecho de que estés tan lejos mío, me basta para buscarte, para extrañarte en cada sueño, en cada segundo del día en que te amo para siempre, y solo en silencio repito tu nombre antes de caer en la vigilia pesadumbrosa y siniestra, donde un grito seco y podrido se anula con un remolino.
Todo da vueltas.
Extraño tus recovecos tan extraños, tus miradas de porcelana sobre mi, algunas canciones que no puedo cantar, se han terminado y una catarata de ducha se cierne tan desabrida en mi, que casi de a poco empiezo a odiarla.
Empiezo a odiar mis movimientos, mis lejanías. Mis colmenas de errores, y las avispas que se comen despacio mi carne…cada día un poco más. No dejen nada, no vale la pena. Empiezo a sentir rencor conmigo. ¿Como es posible que me sienta tan paralizado por mis propias manos? De a poco ese rencor, muta en odio, y el odio en locura, donde cada pensamiento se pierde en un vacío de polvo mugriento de donde nada sale, una vez dentro.
Y me voy odiando un poco mas ahora, que se que te besaron, que se que no me necesitas ni para acercarte darte calor en una noche fresca, ni taparte si estas temblando. Estoy completamente afuera. Un sistema que me elimino como una infección, como un segundo de contaminación, como 4 años de internacion, como un poco de agua en una ampolla de piel quemada…
Así, sin más yo salí de vos.
Es que siento que no hay nada que yo pueda hacer por mí ahora. Este momento es tan frágilmente estupido, me siento sin músculos, sin huesos. Soy un estandarte de porquería que no puede hacer mucho por nadie, siquiera hacer algo es casi imposible. Una atrofia en el alma me impide mirar para adelante, prohíbe no amarte, es que sin vos no soy nada, no somos nada.
Si vos pudieras meterte en mí, sabrías como te amo ahora, y nadie en el contexto de la eternidad te va a amar así. Yo caí tan profundo, tan oscuro abajo… Veo el sol todavía… tibio juicio dime si merezco ese lugar, si mi vida puede ser solo para ella. Si las emociones cáusticas pueden terminar de una vez, si solo mi piel fuera de ella para colgarla en su placard…entonces…soy para ella…
¿Seré todo?